La Peste Negra asoló Europa entre 1348 y 1361, matando al 75% de la población europea a través de la picadura de pulgas infectadas por ratas negras que vivían cerca de los humanos. Se le llamó Peste Negra debido a los bubones negros que producía. Se propagó rápidamente debido a la cercanía entre ratas, pulgas e humanos, y las malas condiciones sanitarias favorecieron su transmisión.