Miguel Ángel pintó los frescos de la bóveda y el altar de la Capilla Sixtina entre 1508 y 1512, y más tarde entre 1536 y 1541. Los frescos de la bóveda representan escenas del Antiguo Testamento e incluyen más de 300 figuras, mientras que el Juicio Final en el altar muestra la segunda venida de Cristo. Miguel Ángel revolucionó la pintura con sus figuras musculosas y dramáticas que reflejan su profundo conocimiento de la anatomía humana.