El documento describe los principales estilos arquitectónicos de la antigüedad como el estilo griego, romano, gótico y barroco. El estilo griego se caracteriza por su formalidad y proporciones elegantes, mientras que el estilo romano se distingue por sus grandes y sólidas construcciones. El estilo gótico puso énfasis en la ligereza estructural y la iluminación interior. Finalmente, el estilo barroco se caracteriza por su exceso de detalles y ornamentación abundante.