Las reformas educativas neoliberales en América Latina fueron impulsadas por instancias de poder internacional y nacional para abordar problemas de calidad, reduciendo esto a un problema de gestión. Se promovió transformar los sistemas educativos mediante la competencia de mercado, privatizando escuelas. Esto afectó las condiciones laborales de los maestros y debilitó su organización. Las evaluaciones fueron usadas para enfatizar valores de competitividad y utilitarismo propios del sector privado. Los autores argumentan que se requiere un