La lactancia materna ofrece numerosas ventajas nutricionales, de protección y de desarrollo para el bebé. También tiene beneficios para la madre como menor riesgo de osteoporosis y cáncer de mama, además de favorecer el apego madre-hijo. El contacto piel con piel inmediatamente después del parto ayuda a establecer este vínculo afectivo tan importante. La leche materna va cambiando de composición en las primeras semanas para adaptarse a las necesidades del lactante.