El documento describe cómo el régimen nazi en Alemania consideró "arte degenerado" al arte moderno como el expresionismo y prohibió y destruyó muchas obras. Artistas como Munch, Barlach y Käthe Kollwitz tuvieron sus obras confiscadas y fueron perseguidos por los nazis debido a los temas pacifistas, sociales y subjetivos en sus obras. El régimen promovió en su lugar un "arte heroico" más tradicional y que glorificaba los ideales nazis.