La piel está constituida por tres capas principales - la epidermis, dermis e hipodermis - que cumplen funciones de protección, termorregulación e inmunidad. La farmacología de la piel se enfoca en el tratamiento tópico de afecciones como infecciones, hongos y alteraciones de la pigmentación mediante el uso de cremas, lociones y protectores solares, pudiendo complementarse con tratamientos sistémicos según la patología.