Esta escultura de Antonio Canova representa a Eros y Psique en un apasionado beso. Canova captura el ideal de belleza neoclásico en los cuerpos perfectos de los amantes. El mármol pulido transmite ternura, y la posición de los cuerpos forma una aspa que enfoca la atención del espectador en el beso. La escultura ilustra el momento en que Eros despierta a Psique con un beso, según la mitología griega.