El documento describe los principales elementos arquitectónicos de las iglesias románicas, incluyendo la planta basilical o de cruz latina, las bóvedas de cañón o de arista, los pilares cruciformes, las ventanas abocinadas, el ajedrezado jaqués y las bandas lombardas. Además, explica cómo se usaron estos elementos como un sistema para contrarrestar las fuerzas y soportar el peso de las grandes bóvedas de las catedrales románicas.