La primacía de las intenciones del artista y los textos que escriben sobre su obra fueron características significativas del arte de los 60. Se ejemplifica con Barbara Kruger, quien apropiaba imágenes publicitarias para dar nuevos mensajes críticos al consumismo y machismo. También con John Cage, quien componía música usando técnicas de azar para eliminar su ego y dejar que las emociones surjan del público. Su obra 4'33" consistió en permanecer en silencio durante la interpretación.