La primera revolución industrial se desarrolló en Gran Bretaña entre 1760 y 1840. Factores políticos, sociales, económicos y geográficos como la abundancia de carbón e hierro, la mano de obra disponible y la libertad económica favorecieron su surgimiento. La máquina de vapor de James Watt en 1782 permitió la mecanización de la industria. Sectores como el textil y el siderúrgico se industrializaron, mejorando la productividad pero empeorando las condiciones laborales. Los obreros respondieron con protest