La lactancia materna es esencial para adaptar al recién nacido a la vida fuera del útero, proporcionando una nutrición adecuada en los primeros meses. Se enfatiza la importancia de una dieta saludable para la madre, técnicas adecuadas de amamantar y posiciones específicas que facilitan el agarre del bebé al pecho. Además, se recomienda el cuidado de los senos y pezones, así como una alimentación balanceada que incluya carbohidratos, proteínas, grasas y suficiente hidratación.