La Constitución Española establece que la soberanía reside en el pueblo español y define a España como un estado social y democrático de derecho, enfatizando la libertad, justicia, igualdad y pluralismo político. Reconoce la unidad de la nación y el derecho a la autonomía de sus regiones, y establece el castellano como lengua oficial, así como la libertad para crear partidos políticos y sindicatos. Además, regula la nacionalidad, derechos fundamentales y garantías jurídicas, asegurando el respeto a la ley y la dignidad del individuo.