El movimiento expresionista surgió a finales del siglo XIX en Alemania como reacción a los cánones clásicos. Rompió con el impresionismo a través de la libertad en la forma y el color, y la deformación de la realidad para exteriorizar los sentimientos sin buscar la belleza. Estuvo marcado por el pesimismo de la época entre guerras y representó el miedo, horror y fealdad. Algunos de sus principales exponentes fueron Munch, Ensor, Kirchner, Nolde, Beckmann y Kandinsky.