El arte egipcio estaba influenciado profundamente por la religión y el poder real, y los artistas generalmente eran funcionarios al servicio del estado o los templos. El canon de belleza egipcio dictaba proporciones armónicas y frontales para el cuerpo humano, y que las mujeres debían ser delgadas pero con caderas anchas, realzando su belleza con joyas y maquillaje.