Alejandro Otero, nacido en 1921 en Venezuela, es considerado el padre de la abstracción en el país y es conocido por su serie de composiciones abstractas llamadas 'coloritmos', que utilizan bandas paralelas de color. Su obra buscó trascender los límites de la pintura mediante resonancias rítmicas-cromáticas y se destacó entre 1955 y 1960, marcando un período significativo en su producción artística. Otero fue influyente en el desarrollo del arte abstracto en América Latina y falleció en 1990.