El movimiento dadaísta surgió en Zurich como una rebelión contra las convenciones artísticas y sociales de la época. Sus principales objetivos eran escandalizar al público y destruir nociones tradicionales de buen gusto mediante el uso del azar, la provocación y la contradicción. Artistas como Duchamp y Heartfield cuestionaron la naturaleza del arte a través del ready-made y el fotomontaje, respectivamente.