El relato se centra en la interacción entre un niño y el dueño de un almacén en Aguascalientes, donde el trueque se convierte en un medio de subsistencia durante tiempos difíciles. Años después, el narrador asiste al velorio del hombre que ayudó al niño y descubre que su legado de bondad perduró a través de las vidas que tocó. La historia concluye con una reflexión sobre la importancia de las acciones sobre las palabras y la gratitud por los pequeños momentos de felicidad en la vida.