El documento aborda la promoción de la salud como una estrategia vital en la salud pública, enfatizando la importancia del empoderamiento comunitario y la equidad para mejorar la calidad de vida. Propone un modelo integrador que distingue entre prevención y promoción, resaltando la necesidad de abordar factores sociales, económicos y ambientales que influyen en la salud. Se concluye que la promoción de la salud debe implicar la participación activa de la comunidad y la colaboración intersectorial para lograr cambios sostenibles en el bienestar poblacional.