La expansión romana comenzó con la conquista de la península itálica a través de sangrientas batallas contra pueblos como los etruscos, griegos y samnitas. Más adelante, los romanos se enfrentaron a Cartago en las Guerras Púnicas por el control del Mediterráneo, lo que resultó en la destrucción total de Cartago por orden del senador Catón el Censor.