Las principales retos de la ingeniería civil en el siglo XXI incluyen: 1) el mantenimiento de infraestructuras existentes debido al déficit en conservación que existe actualmente, 2) la transición hacia una construcción más industrializada para aumentar la productividad del sector, y 3) la incorporación de nuevas tecnologías como impresión 3D, big data, carreteras e infraestructuras inteligentes.