El ensayo de Jorge Martínez Ulloa explora la ontología de la obra musical, inspirándose en las ideas de Heidegger sobre el ser y la esencia del arte. Propone que la obra musical está compuesta por tres estadios: las ocurrencias musicales, la pieza musical y la obra en sí, enfatizando que la música se manifiesta a través de relaciones contextuales y no solo como un ente físico. La obra musical trasciende su materialidad, siendo un ente en su devenir, lo que revela su significado en relación con el observador y su contexto.