El documento define al espectador como el destinatario de una obra de teatro u otro espectáculo escénico. Explica que el espectador es fundamental no solo como público sino también por la comunicación privilegiada que se establece entre él y los actores. Además, señala que para el éxito de una obra en vivo es importante la empatía entre actores y espectadores, haciendo que el público participe en la narrativa.