La crisis de 1929 comenzó con el desplome de la Bolsa de Valores de Wall Street el Jueves Negro de 1929. Esto se debió a la superproducción y la especulación en Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. La crisis llevó al desempleo masivo y la quiebra de muchos bancos e inversiones. Luego se extendió a Europa, donde los efectos fueron especialmente graves debido a que aún no se habían recuperado de la guerra, lo que llevó al ascenso de movimientos extremistas.