Rene Spitz describe las etapas del desarrollo infantil centradas en la relación madre-hijo, destacando en la etapa pre-objetal (0-3 meses) la falta de diferenciación del infante entre sí mismo y el entorno. En la etapa del objeto precursor (3-7 meses), la sonrisa se convierte en un indicador de reconocimiento, mientras que en la etapa del objeto real (8-12 meses) el niño empieza a distinguir a su madre de otros y siente angustia ante su ausencia. A lo largo de estas etapas, la calidad del afecto y el clima emocional entre madre e hijo influencian profundamente el desarrollo psíquico infantil.