El huevo está protegido por la cascara y membranas que impiden la entrada de microorganismos. La clara contiene proteínas antibacterianas que protegen al embrión. Los huevos deben mantenerse a baja temperatura y en seco. La cascara aísla el interior pero puede dañarse, aumentando el riesgo de contaminación. La clara y yema contienen agua, proteínas y otras sustancias nutritivas.