El arte gótico se caracteriza por su enfoque en temas religiosos y un creciente realismo y naturalismo tanto en escultura como en pintura. Las esculturas ganan movimiento y expresividad, mientras que la pintura evoluciona hacia obras en tabla y vidrieras con un uso rico de color y paisaje. Entre los autores destacados se encuentran figuras como Van Eyck y Giotto, que contribuyen a la representación del sentimiento y la narrativa visual en sus obras.