Jesús entra en el Jardín de Getsemaní con Pedro, Santiago y Juan para orar. Allí acepta su destino de morir en la cruz para cumplir la voluntad de Dios y redimir a la humanidad, aunque siente temor y tristeza ante el sufrimiento que le espera. Ora a Dios para que aparte de él "este cáliz", pero se somete finalmente a la voluntad del Padre.